EL MITO DE LA AFINACIÓN EN 432 HZ
La verdad científica a cerca del mito de la afinación en 432Hz en la música y su relación con la Cimática, las Ondas Shumann (la frecuencia de la tierra) y las Ondas Alfa (en la supuesta música sanadora para dormir).
Dentro del tema de diferentes sistemas de afinaciones para instrumentos temperados y no temperados, existen algunas creencias con respecto a la afinación en 432 Hz que termina siendo una teoría de la conspiración.
De algunos años para acá, existe en internet un rumor a cerca de que la afinación en 432 Hz es mas saludable y armoniosa para los seres humanos.
En éste sistema de afinación que algunos llaman: La afinación de Verdi, se trata de afinar la nota de “LA4” o “A4” en 432 Hz y a partir de ésta como referencia, afinar las demás frecuencias o notas.
La afinación de Verdi, puede referirse, no solo a éste, sino también a otros sistemas de afinación, por ejemplo:
LA4 = 432 Hz + Temperamento igual.
DO4 = 256 Hz + Temperamento igual (a la que también se le conoce como Afinación Científica).
DO4 = 256 Hz + Afinación Pitagórica (en la que por consecuencia, LA4 queda afinado en 432 Hz).
LA4 = 432 Hz + ¿? (a veces se suelen utilizar otros tipos de temperamento justo, los cuales a veces pueden ser arbitrarios para conseguir ciertas frecuencias específicas).
Generalmente, se suele relacionar la afinación de Verdi con “LA4” = 432 Hz. (Las posibles confusiones se derivan porque típicamente, no se especifica el temperamento).
Pueden existir muchos sistemas de afinación con el LA4 en 432 Hz, pero con temperamentos diferentes, lo que produce diferentes afinaciones para el resto de las notas.
La Afinación Científica, ésta basada en DO4 en 256 Hz con temperamento igual, pero ésta afinación no se usa musicalmente, sino que se ha utilizado en estudios científicos por la conveniencia de que todas las notas DO, son múltiplos de 2:
DO1 = 32 Hz
DO2 = 64 Hz
DO3 = 128 Hz
DO4 = 256 Hz
DO5 = 512 Hz
DO6 = 1024 Hz
DO7 = 2048 Hz
Existe cierta fascinación a cerca del DO4 afinado en 256 Hz por ser una potencia de 2 (específicamente 2 a la 8ª potencia). Sin embargo, si calculamos las frecuencias con Afinación Pitagórica basándonos en LA4 en 432 Hz, DO4 no da la afinación de 256 Hz, sino de 259Hz. Pero si nos basamos en DO4 de 256 Hz, si que entonces el LA4 nos da una frecuencia de 432 Hz.
Así que en todo caso, lo correcto es referirse a una afinación basada en DO4 de 256 Hz, para que LA4 esté en 432 Hz.
LA CIMÁTICA
Uno de los argumentos a favor del 432 Hz, basado absolutamente en estética, son por los patrones de resonancia que forma en agua o en placas, conocidos como Cimática.
Esto consiste en introducir vibraciones de frecuencias diferentes en contenedores con agua, arena, polvo de metal, etc. que vibran con la frecuencia, formando diferentes figuras o patrones.
Y es aquí donde los defensores de la teoría de los 432 Hz, califican de “feas” ciertas figuras o patrones que no son producidas bajo la afinación en 432 Hz, sino en 440 Hz. Y a su vez, califican de “bonitos” o “armónicos” ciertos otros patrones que se producen bajo la afinación del 432 Hz, alegando que el 432 Hz es mas saludable para los seres humanos.
Sin embargo, ésta es una visión muy subjetiva que se aleja de juzgar la verdadera funcionalidad y resultado de los sistemas de afinación.
Por otro lado, olvidamos tomar en cuenta que dependiendo del tamaño de la superficie y del tipo de material por el cual viaja el sonido, éstos patrones estéticos o no, pueden cambiar de manera radical. El resultado de estos patrones o figuras variará dependiendo del reflejo de la resonancia del sonido, que a su vez variará de acuerdo al tipo de tamaño de la superficie y el tipo de material por donde el sonido hace su recorrido.
A frecuencias mas altas, se corresponden dibujos mas complejos, mientras que por otro lado, las frecuencias de un Contrabajo pueden necesitar un espacio de hasta mas de 3 metros para desarrollar su longitud de onda. De hecho existe una clasificación de patrones definidos en superficies circulares, conteniendo agua (que es el material mas fácil de ver al reflejar vibraciones).
Es decir, si la resonancia depende de la proporción entre la longitud de onda y las dimensiones del medio, significa que podemos cambiar los patrones o figuras, no solo cambiando la frecuencia, sino también cambiando las dimensiones de la superficie por donde el sonido hace su recorrido.
O sea que cambiando el material, o el contenedor, o su tamaño, se pueden obtener patrones “feos” con las frecuencias “buenas” y patrones “bonitos” con las frecuencias “malas”.
El sonido viaja de distinta manera a través de el aire, que en el agua, o a través de materiales sólidos, ya que depende de la condensación molecular del ambiente para propagarse. Así que dependiendo del material por el cual viaja el sonido, la longitud de onda se verá afectada aunque sean contenedores del mismo tamaño y aunque sea la misma frecuencia.
Al final, la frecuencia no es el factor relevante para estos patrones geométricos aleatorios, sino la proporción entre la longitud de onda en el medio y las dimensiones de la superficie.
LAS ONDAS SHUMANN, LAS FRECUENCIAS DE LA TIERRA EN LA AFINACIÓN EN 432 Hz
Otros argumentos existentes a favor de la afinación en 432Hz, es que es mas resonante o mas armónico con la frecuencia en la que vibra el planeta, o el universo, o la molécula de agua, o diversos órganos del cuerpo humano.
Entre estos argumentos se defiende la teoría de que la resonancia electro/magnética del planeta tierra, a la que también llaman Ondas Shumann que vibran en 8Hz y que es una frecuencia que nos armoniza con la tierra y propaga “buenas” energías o “energías positivas” por que 432 y 256 (Hz) son múltiplos de 8. Sin embargo, existen varias razones para invalidar estas teorías:
1) 440Hz también es múltiplo de 8.
2) Afinar la nota “LA 5” en 432Hz no hace que todas las demás notas resuenen en esa frecuencia, ni en múltiplos de 8. Y menos aún en aquellas escalas que no usan la nota “LA 5”. Significaría que todas las demás notas, en especial los semitonos cercanos a “LA 5”, serían disonantes con el universo o con la tierra.
3) La Tierra resuena con varias resonancias electro/magnéticas conocidas como “Resonancias de Shumann”. La 1ª de éstas es a la que se refieren como resonancia en 8Hz. El problema es que, ésta resonancia vibra exactamente en 7.83Hz, por lo que 432Hz no es un múltiplo. Y ni la molécula de agua ni el cerebro o corazón humanos tienen ninguna relación significativa con 8Hz, 256Hz, ni 432Hz.
4) La resonancia de la tierra es electro/magnética, mientras que el sonido no son ondas electro/magnéticas sino mecánicas. El sonido no puede atravesar el espacio y se propaga o sucede al empujar las moléculas del ambiente (a través de la materia), mientras que las radiaciones electro/magnéticas se propagan o suceden a través de campos electro/magnéticos (No materia).
5) La respuesta de un mismo objeto que resuene electromagnéticamente en 8Hz, no será ni lejanamente parecida a su respuesta a una resonancia acústica de 8Hz, ya que existen en dimensiones diferentes, es decir que, La Luz (electromagnetismo) y El Sonido tienen muchas diferencias y no solo el tamaño de la onda.
Además de el hecho de que las ondas de sonido son demasiado cortas para ser un submúltiplo considerable con el diámetro de la tierra. Ni sonando todos los instrumentos del planeta en la misma nota o frecuencia, lograríamos que el sonido atravesara todo el planeta, se auto reflejase e inter-actuara consigo misma múltiples veces para alcanzar a tener una resonancia de si misma.
6) Existe también un sistema de orden de Chakras con frecuencias musicales, que sin embargo, obliga a quitar los decimales de las frecuencias dejándolas en múltiplos de 2, bajo la creencia de que así los sonidos de las frecuencias serán mas armónicos para nuestro ser, sin tomar en cuenta que lo relevante entre los sonidos armónicos es su proporción de frecuencia y no su frecuencia en sí.
Dentro de las creencias populares no suele haber un entendimiento científico de los conceptos y los fenómenos naturales y a veces se terminan relacionando conceptos que no están relacionados.
Desde el punto de vista musical, lo recomendable en todo caso, sería hacer música con diferentes sistemas de afinación para comprobar cuales realmente son mas armónicos a nuestro oído humano y a nuestro sentir y no al revés, queriendo creer obligatoriamente que ciertos sistemas de afinación realmente produzcan música armoniosa.
Algunas personas modifican las producciones musicales que adquieren o realizan de 440Hz en el que se encuentra el 99.99% de la música de la cultura occidental y en buena parte en otras culturas también, a 432Hz. Esto no tiene nada de incorrecto, ni ningún significado mas allá que de el gusto personal y normalmente éstas conversiones funcionan muy bien al conservar el temperamento de la producción musical. Pero no tiene nada que ver con mejorar nuestra armonía espiritual o nuestra salud.
En realidad la afinación del “LA 5” en 440Hz, es tan arbitraria como la de 432Hz. La diferencia es que la afinación en 440Hz es un standard decidido internacionalmente para mejor funcionamiento y practicidad de la música, los compositores y en general de todos los músicos.
LAS ONDAS ALFA Y LA MÚSICA SANADORA
Es muy común encontrar tanto en Internet como en plataformas como Youtube, música o vídeos musicales para dormir, anunciando que algunas de estas músicas transmiten o integran Ondas Alfa, afirmando que con ésta supuesta característica en la música que se ofrece, es posible sanar de ciertas dolencias o malestares al escucharla.
Ésta afirmación solo es un truco barato de marketing con el fin de conseguir mas seguidores, suscripciones o visualizaciones/escuchas que se traducen en ingresos económicos para quienes comercializan y producen éste tipo de material musical.
Las Ondas Alfa, efectivamente son ondas que sanan nuestro cuerpo pero no son causadas por la música que se escucha, ni tampoco están integradas en estos videos musicales, aunque presuman de ello.
Las Ondas Alfa, son ondas que nuestro mismo cerebro produce al estar en un total estado de relajación durante un tiempo prolongado. De ahí el conocimiento popular de que “El descanso cura” o el conocimiento que recomiendan todos los médicos de todas las medicinas del mundo que sugiere que el hecho de dormir bien y obtener un buen descanso cada noche, hace posible mantener nuestro organismo en buen estado y saludable y fomenta el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso y químico de manera natural.
Hoy por hoy y con toda la tecnología disponible a nuestro alcance, no existe ningún instrumento musical ni acústico, ni eléctrico o electrónico, en ningún tipo de formato, que sea capaz de reproducir Ondas Alfa por sí mismo. Y en caso de que existiera, nuestros oídos no se percatarían de ello, ya que las Ondas Alfa, se producen en frecuencias muy bajas oscilando entre los 4 o 5 Hz, que aunque pudiesen ser reproducidas en los audios que escuchamos, son tan sutiles que no nos afectarían ni de manera positiva, ni de manera negativa, pues cuando somos capaces de relajarnos lo suficiente como para que nuestro cerebro las produzca, es necesario que éstas vibren internamente dentro de nuestro cuerpo para poder afectar a nuestros órganos, músculos, etc. de forma positiva.
La verdadera característica curativa de la música, consiste en ayudarnos a relajarnos de manera placentera, siempre y cuando la música en cuestión cumpla ciertas condiciones como:
Estar compuesta en compases de 3/4, que asemeja el acento natural en nuestra respiración cuando estamos en estado de sueño, lo que ayuda a relajarnos y a conciliar el sueño.
Estar compuesta en una agógica o velocidad de 60 bits/min que es la velocidad promedio de los latidos de nuestros corazones en estado relajado o de sueño.
En algunas culturas de medio oriente, existen ciertos instrumentos cuyo timbre puede resultarnos relajador al escucharlo, como ciertos tipos de flautas, la Tampura, u otros instrumentos de cuerda pulsada.
Mas allá de estas condiciones, ninguna música que escuchemos posee Ondas Alfa, ni ninguna otra característica real o poder especial que ayude a curarnos como no sea causada por nuestra propia imaginación, auto-convencimiento, gusto personal o creencia popular, personal o dogmática, algunas veces inducidas por estos falsos gurús musicales que afirman que la música que ofrecen es capaz de curarnos o sanarnos.
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